Miré a Caos en busca de una explicación. Me devolvió la mirada y se encogió de hombros. Él tampoco tenía ni idea de nada.
“Mierda, T’Chai… Caos.” Me corregí a mi mismo. Tenía los nervios de punta y la parsimonia y sobriedad de Caos me sacaba de quicio más todavía. “Creía que sabías dónde nos estábamos metiendo. ¿Por qué hay más tiendas de soldados aquí arriba?”
Una vez más Caos se encogió de hombros.
“No son como las otras tiendas.” Comentó Vircof. “Estas parecen mejores.”
Me volví a asomar. Esta vez prestando atención a las tiendas de campaña. Vircof tenía razón, la tela parecía de mejor calidad. Además tenían adornos y bordados que las tiendas de abajo no tenían. Con más tranquilidad pude percibir diferentes tonalidades de blanco en cada tienda de campaña y diferentes patrones en los bordados. Al contrario que las pobres y escuetas tiendas del primer piso, estas hacían alarde de ostentación y superioridad.
Aprovechando el silencio del lugar, subimos los peldaños que nos faltaban. A pesar del revuelo que reinaba a tan solo unos metros más abajo, hasta allí arriba solo llegaba un suave murmullo. La fresca brisa de la madrugada anunciaba que el amanecer estaba próximo.
“Algo no va bien.” Comentó Txus desenvainando su florete. “Esto está muy tranquilo. Han dado la alarma y por aquí no se escucha nada de movimiento.”
Con cuidado nos aproximamos a las tiendas. El palacio de la emperatriz sobresalía por encima del campamento, recortando el cielo estrellado con una silueta pálida y delicada a la escasa luz de la luna.
Continuamos caminando hasta atravesar el campamento. No había ruido. No había nadie. Los murmullos de las soldados del piso de abajo hacía rato que enmudecieron y en los alrededores de la última pared ya no se escuchaba nada.
Caos y su expresividad. Es el puto amo xDD
Mmm… una trampa? les han pillado? Nuestras dudas serán resueltas en próximas entregas (o eso espero xD)
Yo siempre me desenfundo el florete cuando tengo que hacerlo… 😀