Ha nacido un gambitero en Varsovia.

2 02 2009

Por cierto que el por qué del título se debe a que ya he descubierto el significado de gambitero, mis amigas de Cuenca se han encargado de asegurarme que la correcta interpretación de la palabra gambitero es la de aquella persona que está todo el día de fiesta en fiesta y no para por casa excepto para comer o dormir. Lo que me lleva a pensar que he estado utilizando erróneamente el término hasta ahora. Y habiendo aclarado esto vamos al lío.

Que maravilla es esto de no tener que madrugar para ir a clase. El lunes me levanté las once y media de la mañana. Aproveché pata tomarme las cosas con calma. Fui al campus principal de la universidad en autobús a que me pusieran el sello en unas hojas de las asignaturas que he estado cursando y luego me fui a hacer la compra. Al llegar a casa me puse a colocar las cosas y cuando terminé le pedí a Ana que me hiciera la trenza, que desde el viaje a Londres y después de los tres dias de fiebre daba penita la pobre. No pensaba hacer nada más en toda la tarde excepto ver series y en una de estas uno de los chavales de Radomska me dice que si me apunto a ir al checo a comer asi que estupendo. Llegué el primero al restaurante, delante de mi solo estaban los no españoles de Radomska que ya se sabe que los europeos cenan antes que los españoles. En fin, que aquello, para variar, estaba hasta arriba de gente. Luego llegaron los españoles: LuisMi, Jacobo, Carlos, Nico y una muchacha rubia polaca que nació en Islandia y estudia japonés y que debi conocerla el sábado pasado pero que no me acordaba de ella. Cuando me acerqué para decirla «Tu cara me suena ¿nos conocemos? Me llamo Hector» se encargó de refrescarme la memoria, por eso digo que debi conocerla la noche del sábado. El caso es que el restaurante estaba a timbote y, en cuanto vimos que una mesa se quedó libre nos sentamos sin esperar y me tomé la libertad de sentarme al lado de la islandesa-polaca. Craso error. La tia era una camionera, bebía cerveza como si fuera agua, los otros de radomska pidieron una pinta de un litro de cerveza y ella se lo terminó la primera cuando los demás no pasaban de la mitad. Luego, después de cenar y mientras esperábamos a ver si empezaban a salir el resto de Radomska para ir todos juntos al club70’s, la tia estuvo protestando de que deberíamos haberla dejado pedir otra cerveza porque se moría de sed. Finalmente slimos del resturante y cogimos un tranvia hasta cerca de la discoteca ésa. la entrada eran 20 zlotis, lo que era caro, pero te dejaba barra libre de cerveza hasta las dos de la madrugada. Nada más llegar me pedi dos y luego me puse la cuenta atrás del reloj para pedirme una a cada hora, que si empezaba rápido luego acababa como el sábado pasado. La noche se fue desarrollando sin pena ni gloria, saludando a la gente con la que me encontraba, intentando hacer conversación y dándome alguna vuelta de vez en cuando para ver cómo estaba el panorama. También tuve por costumbre acercarme a la barra y coger un puñado de pajitas para ir soltándolas en los vasos de cerveza de la gente que conociera y que, de algun modo, no estuviesen muy alerta de sus vasos de cerveza, porque sé que a nadie le gustaba beber cerveza con pajita. Creo que hubo una a la que conseguí colocarla tres pajitas hasta que se dio cuenta de lo que tenía en el vaso cuando fue a beber. En una de estas llegó Carlos, que había encontrado una polaca pero parece ser que estaba en punto muerto a menos que encontrara alguien que entretuviera a la amiga de su polaca para poder seguir actuando, aunque se dirigía a sus colegas de Radomska, lo cierto es que yo estaba tan aburrido que decidía acompañarle. Segundo craso error, el parecido más significativo de la amiga era con el muñeco de la Guía Michelín. Resignado ante el sorprendente rumbo que la noche tomaba, preferí seguirle la corriente a Carlos ya sus nuevas amigas polacas ante la nada alentadora idea de seguir aburrido. Pero en cuento vi la ocasión me salí del círculo desofases donde nos habíamos apalancado para ir al baño. Luego se me olvidó volver y seguí hablando un poco con la gente con la que me encontraba, aunque las conversaciones no pasaban de «¿cómo estas?» o «¿qué tal?». Carlos volvió a aparecer, para recordarme que la amiga de su polaca me echaba en falta, lo cual me extrañó habida cuenta de la poca expectación que causó nuestro regreso al círculo de sofases. Los quince minutos que debimos estar alli los pasé intentando hacer gracias al personal, le puse pajitas a todo el mundo, la Guía Michelín estaba viendo fotos en su cámara y me puse con ella a verlas, poniendo el zoom a todas las fotos en las que salia o yo o ella (que sé que eso es algo que las tias no pueden soportar, da igual lo guapas que sean ninguna quiere ver su cara ampliada), haciendo brindis y intentando aprender algun insulto polaco que cinco minutos más tarde ya había olvidado con otra de las amigas que estaba sentada en el círculo de sofases y que no se reía tanto como cabría de esperar. La verdad el momento de las clases de insultos estuvo bien, me las apañé para acercarme a la amiga tristona que tenía mejor pinta que la Guía Michelín, total, nadie se estaba fijando en mi: Carlos y la amiga principal andaban ocupados y los otros tios que había sentados parecían tener el mismo problema que tengo yo con las tias, o sea, ser sólo amigos y tampoco hacían nada, asi que en cuanto vi que podía iniciar coversación con la morena tristona, me senté entre ella y la Michelín rubia y me pidió que le eseñara insultos, como no me parecía justo les pedía un intercambio de insultos y asi estuve esos quince minutos, echándome unas risas, hasta que tuvieron que irse al baño. Que digo yo que ya es maldita casualidad, debe ser un reflejo condicionado pero si una tia dice que tiene que ir al lavabo siempre hay otra que también debe ir, ¡aayyy! esos momentos de conversacione en el excusado ¿que misteriosos secretos se susurrarán las féminas alejadas de la presencia masculina? Bueno, esto es, por supuesto una pregunta retórica, ni se la respuesta ni me interesa, gracias a que se largaron al baño sali de aquél círculo de sofases y volví a vagabundear por la discoteca. Y aqui es donde empezó la cosa más rara que me ha pasado desde que estoy en esta ciudad. De algún modo que todavía no alcanzo a recordar, me las ingenié para presentarme ante una muchachuela que me recordaba a Sarah Chalke (para aquellos que no sepais quien es me refiero a la doctora Elliot Reid de la serie de Scrubs) pero con el pelo ondulado y ligeramente más corto. En fin, que en ése momento todo lo que mi ingenio fue capaz de articular es «¿te apetece bailar?» y sorprendentemente la respuesta fue si. Asi que la llevé cerca de la pista y, como aún estábamos rodeados de Erasmus españoles con los que me resulta dificil estar cómodo más que nada porque para empezar no se terminaban de creer que estuviera bailando con una tia que no conocieran, poco a poco fui adentrándome cada vez más en la pista de baile a medida que ella seguía mis pasos. Aprovechando que ya nos encontrábamos lejos del bullicio de los españoles prodecí a un acercamiento más descarado y, para mi sorpresa, encontré que la moza se dejaba llevar con más facilidad de la que me imaginaba, por unos instantes me recordó a aquel baile en el Mirage con una polaca italo-parlante de quien sabía que no conseguiría nada pero que solo por poder estar pegado a ella me daba con un canto en los dientes. El caso es que estaba n la fase que llaman de guarreo-sobeteo, cuando Aurelio aparece delante de mi como Obi Wan Kenobi y me hace el gesto de morder el cuello. Bueno, en realidad no apareció con el mismo tono de azul de holograma que ve Luke antes de helarse de frio en el planeta Hoth, sino que de verdad se me acercó Aurelio a hecerme la señal de morder cuello. En fin, que a partir de ahi segui mi poco frecuentado camino de la fuerza y me dejé llevar lo que pasa es que después de una hora de dar botes ya empezaba a estar cansado y la tia no parecía tener intención de querer descansar, asi que aguanté como pude. Llegó un punto en el que conseguí sacarnos de la pista para poder dejar de bailar y hablar algo, asi que buscando un lugar donde sentarnos acabamos en las escaleras. Pasado un rato, como aquel sitio pillaba de camino a los cuartos de baño y yo me sentía un poco como un mono de feria, pues al parecer a la gente le costaba bastante asimilar que estuviera con una tia polaca al lado (no les culpo ya que no es algo frecuente) le pregunté si conocía algun otro lado al que pudiéramos ir. Sin embargo ella solo se limitó a cogerme de la mano y a subir las escaleras hasta un sofá que había en el piso del ropero. En fin, no era el lugar que me esperaba, para os voy a engañar, pero por lo menos era mejor que estar abajo, donde solo me faltaba un cartel que dijera que no me tirasen cacahuetes. Y alli arriba me quedé, habiendo gastado ya los temas de conversacion de «dame tu movil» y «dame tu messenger» y sin nada qué decir mientras la otra no dejaba de mirarme y en esas estaba yo, en silencio, y ella tampoco sin decir nada. Asi que por una vez decidí tomar las riendas del asunto y me acerqué a ella para besarla. Yo creo que fue el beso más triste y corto de la historia, pero lo que me sorprendió es que ella pareció no verlo venir porque no respondió. Dado el poco éxito que había tenido, unos segundos después decidí volverlo a intentar y esta vez la muchacha respondió poniendo algo de su parte, cuando quise darme cuenta las lenguas ya se tocaban. Y mira tu que mala pata que justo en ése preciso instante la duda de «¿cuanta lengua debo meter o dejar que ella entre?» me asaltó. Ahora, mirándolo hacia atrás me recuerda al capítulo de Cómo conocí a vuestra madre en el que aparece too-much-tongue-guy. Bueno, perdido en mis abstracciones en ese momento no conseguí reaccionar asi que me imagino que si en ése momento la muchacha no me estuviera tapando con su cara, se me vería a mi con la boca abierta con cara de imbécil. De verdad, que gracia tiene ahora pero que penoso fue en su momento. Pero bueno, tampoco hubo tiempo de más porque en estaban cerrando ya la discoteca y todo el mundo se empezaba a recoger. Y al final ella se volvió con sus amigas y yo con la gente que conocía, pues ya estaba claro que de alli no se iba a pasar.

El miércoles volví a salir, que había fiesta en casa de Aurelio. Se suponía que luego había barra libre en otro lado pero no llegamos a ir porque la gente siempre llega tarde y cuesta mucho ponerla en marcha. Eran cerca de las doce y no estábamos ni la mitad de los que se suponía que íbamos a ir. De hecho, cuando llegamos Bárbara, Silvia y yo en casa de Aurelio solo estaba otro chaval, Goyo con su polaca, Tobias (el chaval que se vino el sábado pasado con nosotros desde el Luzztro y que está ayudando a Aurelio a mejorar su inglés), otra polaca que hablaba español y el propio Aurelio. Y la polaca que hablaba español tenia el mismo piquito de oro que el mejor obrero de la construcción de España. La mitad de la noche se pasó esperando a que llegara el resto de la gente. MartArancha era la primera vez que iba a casa de Aurelio y de la emoción o por puro aburriemiento Arancha bebió más que nadie. de Aurelio Y todos estaban empinando el codo y yo pensaba: «¿cuál es el punto en emborracharse ahora sin saber si saldremos a fuera?» porque la cosa, desde luego, parecía ir despacio, tan despacio que probablemente cuando saliéramos la mitad de los clubes estarían cerrando. Había un portátil y la gente empezó a poner las canciones que quería del youtube y tal, hasta que la cosa empezó a animarse tabto que hasta bailaban en el salón, desafortunadamente, para cuando llegó ése momento ya era hora de irnos, o de lo contrario no saldríamos nunca de la casa. Asi que tras mucho esperar a la gente nos encontramos todos en la parada del autobús y nos acabamos por dividir entre los que querían ir al Filosofikna porque estaba al lado de casa de Aurelio y los que empezábamos a estar hartos de tanto Filosoficn, que cogimos el bus para ir a otro lado que se llama Enklava. Total, que llegamos a las puertas del sitio y no nos dejaron pasar porque era fiesta privada, asi que nos cambiamos al otro lado de la calle a un sitio que se llama Zoo a donde si podíamos entrar, aunque aquello estaba casi vacío (normal cuando sales de fiesta con el horario de España en un sitio que no es España, porque es lógico pensar que los polacos a las dos y media de la madrugada regresan a sus casa). En fin que aquello tenía muy poco ambiente y las que había para bailar eran muy mayores que, aunque se acercaban, se alejaban si respondías. Es curioso, no estoy diciendo que yo esté muy bueno pero digo yo que si las tias que quedan a ésas horas bailando llevan alli toda la noche, rechazando bailes con los que se les acercan, siguen bailando a pesar de todo, es porque todavía les queda marcha, no me parece apropiado que a ésas altures de la noche echen atrás a cualquier tio que se les acerque puesto que seguramente no sea el primero, pero puede ser el último. Total, que absorto en mis pensamientos estaba viendo cómo dos polacas eran rodeadas por una bandada de buitres polacos cuando la gente se da cuenta de que en aquel sitio no vamos a hacer nada y deciden irse. La buena noticia es que como era tan entrada la noche ya no cobraban entrada en ningun lado y solo me gasté dos zlotis en dejar el abrigo en el ropero. Asi que salimos a la calle, MartArancha dijo que se iba a otro lado donde se suponía que les esperaba su compañero de piso italiano, aunque no sin antes recordarnos que el viernes habría fiesta en su casa para que nos acercáramos, y los que nos quedamos pues como no había más lugares a los que ir, nos dirigimos cabizbajos hasta el Filosofichna. Aunque a decir verdad dimos un rodeo impresionante, ya que Aurelio se empeñó en que nos acercásemos a otro sitio al que no llegamos a ir porque se perdió por el camino, la polaca que sabía español iba haciendo más eses de las que puedo recordar a pesar de insistir en que no estaba borracha y al otro chaval que quedaba a parte de mi, Pablo, tampoco le entusiasmaba la idea de ir al Filozofikna, asi que a mitad de camino nos despedimos de Aurelio y su polaca y nos fuimos cada cual a nuestra casa.

Y así llegué al jueves. Me salto lo que hago por el día porque es mayormente dormir y revisar el correo en el ordenador, o bien hartarme de ver capítulos durante toda la tarde hasta que me entra el hambre o me da la hora de salir a algún lado cuando hay a dónde salir. Bueno pues sigo. O sea, que era jueves y recordaba que habría fiesta en casa de Bárbara y Silvia asi que con calma me levanté, estuve de charla con Ana y André, desayuné a eso de las cinco y después estuve haciendo tiempo hasta que salí hacia su casa. Compré un par de cervezas en el camino, por aquello de no gorronear bebida, que es algo que suelen hacer por aqui la mayoría de los tios españoles segun tengo entendido, y a eso de las diez y media legué alli. Como siempre, llegué pronto, la gente que había allí aún no estaba en marcha. Bárbara y Silvia ya estaban lista, por supuesto, pero no había más invitados, Goyo estaba abstraido en el ordenador y Mary, compañera de piso de Aurelio, estaba haciendo una visita a Lola, que estaba mala de resfriado. Como yo era el único invitado de los de la fiesta que había llegado temprano, guardé las cervezas en el frigorífico e intenté ponerme a hacer conversación. Lola y Mary iban a cenar asi que intenté ver si podía ayudarlas, pero no hubo ocasión ya que Mary se bastaba ella sola. Lo bueno es que me ofrecieron un poco de la ensalada que habían hecho y de los espaguetis que les quedaron de la tarde anterior. Asi que comí un poquito nada más, porque tampoco me sentía cómodo y es que Mary y Goyo, especialmente Mary, me ponen nerviosos porque aun lo conozco. Esta es una anotación que creo no haber hecho hasta ahora pero Mary no es que sea inglesa, es simplemente que se llama María, pero para diferenciarla de todas las Marías que hay por aqui la llaman así. Bueno, pues eso, que me puse a cenar de pie con ellas y aproveché y me tomé una de las cervezas que había traido. Poco después de terminar la cena empezó a venir el personal, primero Josema y Benjamín, luego Jambry, Miguél y… bueno, es una tontería decir nombres si sabeis quienes son, asi que diré que la cosa empezó a animarse. Sin embargo pude observar que la cosa se animaba de forma deiferente en cas de Bárbara que en cas de Aurelio, me explico, en casa de Aurelio todo el mundo bebe y está de pié y habla con uno o con otro, la gente se mueve, en cambio, en la cas de Bárbara cada cual se sentaba donde podía y, si no estaba metido en alguna conversación o viendo algun video del youtube que cualquiera hubiera puesto en uno de los numerosos portátiles que hay, pues se ponía a fumar o a comer pipas. Y fue entonces cuando decidí tomarme la cerveza que me quedaba, pero cuando abri el frigorífico ya no quedaba nada de nada. La gente había arramplado con toda la bebida de la nevera. Bien es cierto que hubo dos que trajeron bebida y con eso estuvieron tirando un rato, hasta que había más personas que latas de cerveza, contando tanto las que quedaban en las bolsas de plástico como en la nevera. Bueno, que me lio, que me quedé sin cerveza. Al final, ya casi sobre la una y media de la madrugada, llegaron cuatro españolas de Radomska y como ya no se esperaba que llegase nadie más, salimos a la calle. En las escaleras había un polaco durmiendo, tirado encima de todos los escalones, que cubría el escaso hueco para bajar, pero ni se inmutó, salimos tropecientos de las casa de Bárbara y los tropecientos le pasamos por encima y el tio seguía durmiendo a pata suelta. Luego me contaría Silvia que cuando volvieron al piso el tio seguía allí tirado, pero que cuando bajaron a la calle a la mañana siguiente sólo quedaba su gorro. Bueno, pues una vez en la calle nos pusimo en marcha, todavía sin saber hacia donde ir, decidí entablar conversacion con alguna de las chicas de Radomska, que son todas muy majas, lo que pasa es que como apenas metían baza y dejaban el tema de la conversación en mis manos, no me pregunteis cómo, acabé hablando de Platón y de Aristóteles y de las collejas que les daría a los dos de tener una máquina del tiempo para hacer que en vez de tanto pensar y filosofar se buscaran un trabajo de verdad. Este tema pareció bastante divertido, ya que se debían pensar que había bebido demasiado, pero tampoco duró mucho puesto que para variar, la gente quería volver al Philozophikna y el grupo de los que no nos apetecía nos dimos un tour por Varsovia en busca de discotecas. Asi que acabamos por dividirnos de nuevo. Bárbara, Silvia, un chaval de Cartagena llamado Pablo y yo nos fuimos por nuestra cuenta sin que nadie más de la veintena que éramos nos acompañara, ni siquiera ninguna de las chicas de Radomska a las que tan graciosos les parecían mis temas de conversación. Fuimos al Mirage, que era el que nos pillaba más cerca, pero estab cerrado. Fuimos al klub 55 que estaba al lado, pero ya estaban echando a la gente porque iban a cerrar. Nos acercamos al sitio de la noche anterior a ver si encontrábamos algo abierto y resultó que había un sitio en el que yo nunca había estado que si que estaba abierto, el Organza, un nombre latino que encajaba en el ambiente, puesto que no hacían más que poner salsa, reguetón y, al ver que éramos españoles, algo de gitaneo. Nos música de mi agrado pero menos da una piedra, asi que a bailar que nos pusimos, dando palmadas en las artes de Vooolaaareeee ooooooohhhh! y Obi obás cada día te quiero más (que me parece que es la misma canción). El caso es que lo de las palmadas pareció funcionar porque enseguida nos abrimos hueco en la pista de baile y algunas polacas se nos acercaban al otro chico y a mi. Ya emepzaba a cansarme de no llegar a ninguna parte, porque tampoco había bebido nada y ya empezaba a estar cansado. Asi que en cuanto vi que había una polaca que me hacía ojitos me puse a bailar con ella, imitando a la gente que he visto bailar. Pasado un rato se salio fuera de la pista a fumarse un cigarrillo y yo me quedé a mi rollo bailando, aunque por el rebillo del ojo veía que no me quitaba el ojo de encima, hasta que volvió a entrar. La verdad es que fue divertido que si te alejo, si te acerco, si me agacho y me pego y tal. Bueno pues resultó que la polaca en cuestión estudiaba español desde hacía casi cinco años y daba clase y todo, asi que en detrimento de mi inglés me puse a hablar en español. Como pasados tres cuartos de hora la chica dijo que si fumaba, ofreciéndome un cigarrillo, y yo le respondí que no, que gracias, pero que no me importaba ver cómo fumaba. Nos acercamos a la barra y pedí una cerveza que acabamos tomándonos entre los dos mientras hablábamos de temas insustanciales e irrelevante para mi en ése momento como las diferencias entre el sistema de educación polaco y español (a esas alturas ya le habia dicho que estudiaba para ser maestro de inglés), el gobierno de los hermanos gemelos que hay en Polonia, de la actitud de los polacos hacia los extranjeros y bla bla bla. La muchacha había venido con una amiga suya que parecía muy ocupada hablando en un sofá con un tio, y yo calculaba el tiempo que podría faltar para que cerraran el sitio y tener una ecusa con la que decirla a dónde ir entonces. Pero resultó que al final las cosas nunca acaban como uno había planeado. Cuando el bar apagó la música y encendió las luces en señal de que iba a cerrar yo seguía en la barra conversando con la tía esta. A lo lejos Bárbara y Silvia me hicieron señal de que iban a irse, asi que levanté la mano y les dije que ya las vería al dia siguiente. De haber sabido la pérdida de tiempo que me supondría me habría ido con ellas al momento. Después de que Pablo, Silvia y Bárbara se fueran, la amiga de la polaca y su conversador se pusieron de pie para salir. En el ropero nos encontramos con un argentino pesado que se pudo a recomendarnos libros sobre la historia de Chile y Argentina. Al salir fuimos a tomar un kevav cerca de Swietokriszka y nos lo comimos sentado en una parada de autobús. Alli intenté seguir hablando, porque me terminé la comida en un pis pas, y le pedí el móvil, el messenger y el facebook por aquello de tener algo que decir. El caso es que ya eran cerca de las cuatro de la madrugada y la muchacha dejó caer en la conversación que tenía que coger un tren a las nueve y que dormiría en casa de su amiga. Anda que… manda huevos, ya podría haber dicho eso antes de salir de la discoteca. El caso es que ya, sin nada que perder, la dije que su amiga estaba muy ocupada en ése momento con el otro chico, ella me respondió que conocía muy bien a su amiga y que no la sorprendería de ése modo, a lo que respondí que siempre podría ser ella quien sorprendiera a su amiga viniéndose conmigo, y aunque la cosa tuvo su gracia y se echó a reir al final nos dieron las cinco menos cuarto y seguíamos alli sin hacer nada. Finalmente se pusieron en marcha y nos despedimos. Menuda pérdida de tiempo la que venía después, porque fue precisamente ésas horas en las que los autobuses nocturnos ya estan acabndo de pasar y los transportes diurnos aun no han empezado, asi que me fui caminando a una parada de tranvía a ver si pasaba el 19, pero hasta veinte minutos no empezaba el servicio, asi que me fui andando a la estación Central de donde salen los autobuses nocturno a ver si pillaba el que me dejara en casa, pero resultó que ya se habían acabado. Para aquel entonces ya eran las cinco y cuarto y se suponía que el tranvía que miré antes iba a pasar, asi que me fui a la siguiente parada del tranvía a esperarlo e irme a casa y para cuando llegué a meterme en la cama ya casi eran las seis y media.

El viernes continué con el mismo ritmo que he cogido para toda la semana. Pensaba ir a casa de MartArancha, a la fiesta que habían organizado, a eso de las nueve y media o las diez, porque decían de reunirnos temprano ya que de lo contrario los vecinos les protestarían por el ruido. Pero hubo un ligero cambio de planes. Estaba yo tranquilamente en mi cuerto, redactando el informe cuando me llama natalia al móvil y me dice que la película empieza alas siete asi que se acercarán a nuestra casa antes. Como no tenia ni idea de qué es lo que me estaba contando (aunque ya me había hecho a la idea) me dijo que se iban air al cine a ver una película de estreno, que si Daniela no me había dicho nada (menuda zorra bastarda traicionera), el caso es que ya sabiéndolo me fui a avisar a la marquesa del cambio de planes. Llamé a la pared de su cuarto para que le diera tiempo a taparse en el caso de que volviera a estar desnuda y le dije lo de que Natalia y gente de Radomska se pasarían por aqui más temprano de lo que habían hablado y me di la vuelta. Según salía de la habitación (que en realidad es el salón) me pregunta en voz alta, pero asi sin moverse del sofá, «¿tu también vienes?» y yo le respondi «es más que probable» que pena no haber visto su cara. En fin que me adecenté y ,me tomé algo de comer y a eso de las seis y media, vuelve a llamar Natalia para decirnos que nos esperan en el cine, que al final no se pasan por casa poroque es tontería avanzar tres paradas de tranvia más para luego tener que desandarlas, y que fuésemos tirando ya para el cine porque estaban saliendo de la residencia en ése momento. Y como un telegrama me voy a darle la noticia a la aristocracia del piso que respondió muy dignamente «no hace falta que corramos porque ellos tradarán veinte minutos en llegar y nosotros estamos al lado, en un minuto o dos llegamos» y yo, que ya estaba listo desde hacía media hora, estuve esperando a que la amrquesa terminase de hacerse éso que hacen todas las pijas niñas de papá antes de salir a la calle por cualquier tontería (y es que no lo mencioné la semana pasada, pero hay que joderse lo arregladita que se había puesto para bajar la puñetera bolsa de basura). En fin que cuando dijo que estaba lista nos pusimos en marcha, salimos a la calle, caminamos hasta la parada del tranvía, subimos en el primero que pasaba que nos venía bien y llegamos al cine en un pispas. Ahora bien, llegamos tarde, la gente de Radomska ya nos estaba esperando. Total que pasamos adentro y compramos algo de beber para la película y tal. Vimos la película de Revolutionary Road, por si no había tenido bastante en navidades con Australia ahora me tocaba el drama del DiCAprio y la otra que también salía en Titanic. En mitad de la película me llamó Aurelio, para saber si iba air a casa de MatArancha que como él nunca habñia ido a su casa para ir juntos, le dije que le llamaría después de la pelicula. En fin, que se terminó a tiempo porque me estaba meando y aproveché en los baños del cine para cambiarle el agua al canario. Después de la película la gente se volvía hacia Radomska y la marquesa a casa. Mientras esperábamos al tranvñia em enteré de que lo de ir a ver la película era porque al dñia siguiente Timi, la muchacha hungara compañera de habitación de Isa, en el mismo piso que Natalia, se volvía a su pais porque terminaba ya la beca, apenas pude hablar más con ella porque me venía el tranvía que me interesaba, me despedí apresuradamente y llamé a Aurelio para que fuese saliendo de su casa y me esperase en una parada intermedia de camino al piso de MartArancha. Durante el trayecto me acordé que le dije por teléfono a Natalia que me devolviera el juego de cartas UNO que se lo dejé a una compañera de piso suya antes de Navidades pero se me había olvidado pedírselo, aunque ya es la segunda vez que me pasa y ella no está poniendo nada de su parte en devolvérmelo. Total, que llegué a donde estaba Aurelio y nos fuimos a casa de MartArancha. Allí ya estaban Bárbara y Silvia, entre otras personas, y lo siento mucho pero no pude evitar contarle a Bárbara la jugada de fastidiarle la tarde a la marquesa con una excusa oficial. Luego pensándolo más tarde, me di cuenta de que en una tarde había tenido más conversación con ella que en los dos últimos meses. Ya pasábamos de las once y media, hora límte fijada por MartArancha para salir del piso, pero aún faltaba gente asi que nos quedamos a eserar. Cuando estábamos ya todos la cosa estaba muy animada como para bajarse a la calle y seguimos en el piso, hasta que subió el portero porque los vecinos de arriba protestaron por el ruido a eso de la una y nos tuvimos que marchar. Ya en la calle se decidió que fuéramos al Mirage, y alli pasamos la noche, a pesar de que estaba muy vacío, pero aun quedaban polacas bailando solas. Y menudas que quedaban, de hecho había una rubia, ya un poco mayor creo yo, a la que ninguno de los españoles quitábamos los ojos de encima, y con razón, porque iba vestida cual putón verbenero y se movía como sólo he visto hacer a las bailarinas de striptease que apaecen ocasionalmente en el fondo de las escenas de alguna película (a estas alturas no os voy a engañar si os digo que ni siquiera en las películas porno se mueven de una forma tan provocativa) y sabiendo cómo estaba el percal, decidí aproximarme a polacas más discretas, atractivas, pero no tan provocadoras como la mencionada anteriormente. Y luego, ya casi a punto de la hora del cierre no salimos, la mayorñia se fue ya para sus casas y yo me fui con Aurelio al Luzztro, que me he enterado que no es una discoteca ni un bar sino un afters. La entrada costó 15 zlotis y si lo llego a saber me daba la vuelta y regresaba a casa, porque si alli dentro solo quedaban tíos, eso si, a medida que pasaba el rato empezaban a llegar españoles de diferentes disotecas y estuve saludando a todo el mundo, pero sin nada que hacer y nadie con quien bailar, en cuanto vi que una muchacha de Sarna y su amiga polaca se salñian, me fui con ellas. He de decir que intenté bailar con la amiga, pero parecía estar más interesada en otro español que le dio calabazas, asi que la di por perdida. Mientras esperaba al tranvía en Centrum (porque a esas horas el servicio de transportes nocturno ya se había acabado) me compré uno de esos paninis que llevan carne, queso y ketchup. Llegué a casa casi a las siete.

El sábado me dije «¡que caray! Llevas todos los días excepto el martes de fiesta. Es hora de sentar la cabeza. Termina de verte Karin. Empieza otra temporada de Scrubs. Descárgate la película de Mal ejemplo que vieron tus colegas en España. Enciérrate en tui cuarto y descansa». Y tan absorto estaba en mis pensamientos que no me enteré de que teníamos visita hasta que Leo, un chaval de Valencia que conocí cuando salía con Ana y André al principio de mi estancia en el piso, llamó a la puerta de mi habitación. Al parecer se iban a ir todos (y con todos me refiero hasta la mismísima marquesa) a algún sitio por la noche, y se había acercado antes a nuestra casa porque, primero, le pilla cerca de su casa, y segundo, estaban esperando a otro portugués, Franck, que no llegó a aparecer. Bueno, el caso es que hablando y hablando, aunque no tenía intención de salir, Ana me animó y me invitó a irme con ellos y tampoco me lo pensé mucho, asi que me vestí y estuve con ellos en la cocina mientras nos tomábamos un Bacardi con coca-cola (aun no sé qué tipo de bebida es un Bacardi, si es ron, whisky o yo que sé, por eso siempre que no es vodka me refiero a ellas con el nombre de la marca y doy por sentado que la gente ya sabe de qué estoy hablando). Después nos pusimos en marcha, ya estando claro que Franck no se acercaría y eran casi las dos de la madrugada. Fuimos a la para de autobuses y comprobamos que el siguiente saldría en veinticinco minutos. Veniticinco minutos parados en la calle, en plena nevada y con el frío que hacía no los aguantaba ni su padre, asi que fuimos caminando hasta la siguiente parada. Yo hablaba con el que podía unas veces Leo y otras Ana y André. Cuando llegamos a la siguiente parada todavía faltaban quince minutos para el autobús, asi que nos pusimos en marcha hacia la siguiente parada. Caminamos hasta el frente de los cines donde estuvimos el día anterior viendo la pelicula ésa del DiCaprio y esperamos cinco minutos al autobús. Ya en el centro nos acercamos al Mirage, que había gente de Ana y André dentro, sin embargo, al abrir la puerta salió el tio que la gente normal llama el puerta o gorila y nos echó atrás diciendo que había fiesta privada. Ana intentó convencerle de que teníamos gente dentro y el guardia preguntó «Spanish? Spanish?» Leo y yo repondimos que de Spain y de Portugal, pero éso sólo hizo que nos empujara a la calle. Mmmhh… primera vez que me denegaban el acceso a una discoteca en Varsovia. Mientras hablábamos en frente del tipo que nos echó cuál sería nuestro próximo destino, salió Nuno, otro portugués amigo de Ana y André y nos pusimos a hablar con él en parte para demostrar que si que conocíamos a la gente de dentro. Pero eso no bastaba para convencer al gorila, asi que pusimos rumbo al klub 55 que estaba al lado, como ya dije cuando contaba el vagabundeo que dimos el jueves hasta que entramos en el Organza. esta vez si que pudimos entrar. La verdad es que era la segunda vez que entraba allí (la primera vez fue durante una Jam Session el miércoles que dejé a la marquesa en Centrany después de no haber conseguido lavar mi ropa y la siguiente vez que me acerqué fue para la fiesta de Halloween, donde no me dejaron pasar porque se suponía que había mucha gente dentro) y no estaba más animado que el Mirage la noche anterior, había gente, si, pero no mucho movimiento. Y taaan entretenido como estaba, me puse a ver una especie de cortometraje en blanco y negro que estaban proyectando en una de las paredes del local porque salían mensajes en castellano. A medida que avanzaba la película se volvñia cada vez más y más argentina, más que nada por los mensajes de «deténgales!» y «rodeen el edificio» en lugar de haber utilizados los imperativos del castellano, y reitero en lo de que era argentina porque los actores eran demasiado europeos. Al rato me di cuenta de que no era el único que estab viendo la película. Leo también estaba absorto en ella y Ana miraba la pantalla extrañada por la estética de la película (en mi opinión una parodia de la propaganda comunista de los años cincuenta mezclada con los recursos de cámara de Sin City). En fin que la película termino y el copyright me dio la razón al demostrar que fue rodada en Argentina. Con eso mis pensamientos volvieron a la Tierra y me fijé en dos rubias acompañadas a mi izquierda y una morena alta y delgada que había a mi derecha que parecía estar sola, pero que a los tres cuartos de hora de estar mirándola vinieron a buscar. En aquel entonces ya estábamos pensando en volver a casa, ai que bajamos a por nuestros abrigos en el ropero y nos pusimos en marcha. Sin embargo no cogimos el autobús nocturno a nuestra casa, sino a cerca de la casa de Leo, ya que nosotros éramos cuatro e íbamos al mismo sitio, mientras que él estaba solo. Después de dejarle cerca de la parada de metro de Raclawicka, nosotros cuatro nos volvimos andando hasta el piso.

El domingo me levanté relativamente temprano, o sea, las tres de la tarde y me puse con el ordenador a sguir con los planes que tenía para el sábado hasta que me convencieron para salir. Terminé Karin, me vi Mal ejemplo y empecé con la cuarta temporada de Scrubs. Y a eso de las cinco me entró hambre. La cocina daba asco, a parte de porque no se fregaron los vasos que usamos para el bacardi con coca-cola, más que nada por la cantidad de platos, tupperwares y cubiertos sucios que se amontonaban en la pila. Desde luego, esto es lo que más detesto de la convivencia, se supone que tenemos los platos, vasos, cubiertos y taperguar (a la mierda, no sé cómo escribirlo y no me voy a poner a buscarlo en internet) justos para los cuatro, lo suyo sería fregarlos después de utilizarlos como hago yo tras cada una de mis comidas y cenas. Sé que es una jodienda tener que estar de pie fregando con el estómago lleno después de comer, pero es que de lo contrario al que venga detrás le va a faltar material de cocina, como me pasa a mi más de la mitad de las veces, que antes de cocinar tengo que fregar lo que voy a utilizar y, no contento con eso, lo friego después de cocinar por si alguien lo fuera a necesitar después de mi. Asi que como pude me preparé las cosas para hacerme unos espaguetis con carne pero sin tomate frito porque me había quedado sin él, cuando llegó Ana y me dijo que el dueño vendría a las seis. Yo le esperaba para un seis, el de febrero, pero bueno, no me pilló por sorpresa, porque cuando la marquesa me vino a decir la semana pasada que vendría no sé quién al piso entendí que sería el dueño y no un estudiante italiano interesado en alojarse aqui durante el segundo semestre y saqué el dinero del alquiler del cajero. Total, que en menos que canta un gallo todos en la casa se pusieron a hacer algo: que si limpiar las encimeras, que si recoger la basura amontonada debajo del fregadero (porque os recuerdo que aqui el «encargado de la basura» ya no tiene que madrugar más), que si aprovechar que bajo la basura para sacar el dinero del alquiler. En fin, que me dio apuro por ellos y ya que estaba fregando mis cacharros de la comida pues me fregué todo lo que había en la pila. Al final el dueño, llegó puntual y recogió el dinero del alquiler, se sacó unos folios con los precios del gas, la luza, el agua caliente y la fría por unidad y se puso a revisar los contadores que estuvo revisando Ana dos dias antes para mandárle las cifras por correo y que llevase las cuentas echas. Esto es que no se fía de nosotros. Luego resultó que, cuando Ana le comentó el día en que se iba para quedar con él y recoger la fianza y tal, el dueño dejó caer que vendría y revisaría de nuevo los contadores para echar las cuentas y descontarlo. A lo que nos quedamos con la cara a cuadros y sin poder decir nada. En fin, que se lo comentaré a Natalia cuando la vea la semana que viene cuando vaya a recoger las cartas de UNO que no le pedí la última vez que la vi y a ver qué me dice.

Pues eso, semanita completa como podeis ver. Y ahora que ya casi son las dos de la madrugada del lunes me doy cuenta de que a lo tonto a lo tonto llevo ya casi tres días sin ducharme, asi que de hoy no me libro y no paso sin darme un friego, no porque a mi me moleste, sino porque temo que los demás puedan notarlo. Hasta la semana que viene. Seguiré informando.


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3 responses

3 02 2009
Elena

Héctor, tu mojas en Polonia fijo fijo. Queda esta semana con la simpatica de la discoteca (la priemra) y si no con la segunda y te la llevas a piso, k eso aki no lo puedes hacer. Tu dile a Aurelio k planes tienes y k te eche una mano, que el chaval te está entrenando divinamente. Dale las gracias de mi parte. Dios, tu saleindo todos los dias y yo «estudiando». Se copiaba divinament con el k te va a dar didactica 2 asik perfecciona el arte del chuleteo. Un kisss. Bye. PD: Era largo el post…..eh.

4 02 2009
Almu

Ya ves que si era largo pero me lo he pasado pipa leyéndolo,jeje.

Aprovecha en Varsovia estos días que te quedan porque cuando vuelvas aquí sabes que todo será distinto, que envidia me das asqueroso!!

Estoy con Elena en que se copia divinamente porque mira que yo soy pésima copiando pero con este hombre es facilísimo,jeje.

Besos

4 02 2009
Maese Fangorn

Tomo nota en lo del copiar, que bien me va a venir mi chuleta tipex del año pasado en junio. Que tadvía me tengo que quitar Didáctic 2 emn junio y didáctica 1 en septiembre.

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